Otro dinosaurio que se va

Más de aquellos 16 años. Corría 1977. Fui al cine a ver «Ha nacido una estrella», versión recién estrenada con Barbra Streisand de protagonista y, mira tú por donde, salí encantado con el tipo que protagonizó la peli con ella. Se llamaba Kris Kristofferson y me gustó su pinta y su manera de cantar.

El año siguiente, confirmé mis amores, nuevamente en el cine, al ver «Convoy», de Sam Peckinpah y al amigo Kris, de camionero protagonista.

Con posterioridad, supe que esa canción que adoré desde que la escuché por primera vez, en la voz de la inigualable Janis Joplin, era suya. Sí, ésa, «Me and Bobby McGee». De Kristofferson.

El resto de su trayectoria musical y cinematográfica no llegó a interesarme demasiado. Pero los mencionados no son pocos motivos para dibujar una mueca de tristeza esta mañana de lunes, en la que he sabido que aquella estrella que nació para mí hace 47 años, se ha apagado. El LP con la banda sonora de «Ha nacido una estrella» fue elegido aquel año por un grandísimo amigo como regalo para su chica. También él se fue hace años y aquellas canciones se convirtieron en nostalgia dolorosa que revive ahora. Una pérdida acerca el recuerdo de la otra.

Cada vez más, esto va de despedidas. Ya, ya sé, es ley de vida, pero qué mierda. De momento, otro dinosaurio que se va.

30.9.24

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